lunes, septiembre 11, 2006

11 de Setiembre: el detonante de un futuro incierto









El 15 de Marzo del 44 a. C. senadores romanos asesinaron a Julio César. El 28 de Junio de 1914, Gavrilo Princip asesinó al archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía en la ciudad de Sarajevo. El 11 de setiembre del 2001 un atentado masivo destruyo el World Trade Center y parte del Pentágono, en lo que sería el atentado más chocante de todos los tiempos.

Los senadores romanos pensaban salvar la República cuando cometieron ese asesinato. Resulta curioso que la túnica rasgada y manchada con la sangre de César, le diera a Octavio el apoyo del pueblo romano para desencadenar la guerra que finalmente terminaría con la institución republicana. Octavio sería recordado ahora como César Augusto, el primer Emperador y La República que se buscaba perennizar habría muerto para siempre.

Gavrilo Princip asesinó al Archiduque Francisco Fernando, buscando asegurar la grandeza e independencia de Serbia; a la postre provocó la guerra más destructiva de la historia hasta esa época. La participación de Rusia como protectora de Serbia, desestabilizó considerablemente el gobierno zarista en crisis, siendo esa, una causa identificada de la Revolución y del fin del Imperio Ruso. El gobierno soviético resultante, ejercería una poderosa influencia sobre Europa del Este, de tal modo que después de la Segunda Guerra Mundial Serbia habría perdido su soberanía y autonomía, para conformar la República Socialista Federal de Yugoslavia.

El 11 de Setiembre cerca de 3,000 personas murieron en un ataque dirigido al corazón de los EE. UU. El atentado tenía como objetivos el Pentágono, el Centro Mundial de Comercio y la Casa Blanca, y fue llevado a cabo por el grupo fundamentalista Al Qaeda.

Fundada en 1980, con ayuda de EE UU, para oponerse a las fuerzas soviéticas en Afganistán, Al Qaeda hacía caer en el 2001 su destrucción y odio contra su propio mentor. El resultado fue la invasión de Afganistán, la destrucción del gobierno Talibán y la Segunda Guerra del Golfo.

He querido recordar de un modo superficial tres atentados que han marcado la historia. Trato de encontrar puntos comunes, alguna pista que nos permita entender el presente:

Tanto César, como el Archiduque, como la CIA conocían la existencia de complots para la realización de todos estos atentados. Sin embargo nadie hizo nada para impedirlos.

En los tres casos, quienes participaron de los hechos obtuvieron resultados muy distintos a los que querían lograr. Los senados, en realidad, terminaron con la República; Princip inició el camino que llevó a Serbia hacia su desaparición como nación al ser absorbida dentro de Yugoslavia; Al Qaeda propició la invasión de Afganistán, país cuya defensa había sido la razón de su fundación.

De los tres casos resultaron guerras que afectaron significativamente el mundo político y la historia. La República fue sucedida por el Imperio Romano. Los Imperios Ruso, Austriaco y Alemán dieron lugar a repúblicas democráticas y gobiernos comunistas que determinaron el surgimiento de la Guerra Fría.

La cuestión es, ¿a dónde nos están llevando los actuales conflictos?

Sabemos que la Guerra que comenzó en Afganistán se ha extendido a Irak, pero no sabemos donde terminará todo esto.

Dada la coyuntura actual, y el testimonio del pasado; más allá de la consternación que nos provocan las heridas aun no cerradas, cabría preguntarnos válidamente hacia dónde vamos; preguntarnos si el 11 de setiembre fue una simple matanza sin sentido y sin ninguna relevancia, o preguntarnos si fue el más terrible detonante de un futuro rodeado de incertidumbre.
Roberto Pável

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