domingo, diciembre 24, 2006

Feliz Navidad!



Cuando pienso en la navidad, evoco solamente pequeños momentos; dos o tres pincelazos con un saborcillo agridulce.... Mi papá llegaba en la tarde y luego se marchaba cerca de las seis (cuestiones de esposos separados). A las nueve, mi tía Pilar y el tío Víctor, mi primos favoritos y los infaltables regalos. A las diez, el tío Toñín se llevaba a la abuelita y a mi mamá.

Recuerdo la casa de la abuela, silenciosa y en penumbra; sonidos lejanos de cohetes y risas; la ventana desde la que me pasaba mirando un parque iluminado por su único poste; la emoción rara que me impedía dormir, imaginando que en las otras casas las navidades eran de alegría fotográfica, y que de algún modo, sentado en esa grada o asomándome a la ventana, yo también participaba de su felicidad... entonces imaginaba a mi papá, solitario en su mesa, tomando café y fumando sus ducales... y luego, en algún momento de la noche, mi hermana me mandaba a dormir.

Mi mejor navidad fue aquella en que me escapé detrás de mi papá. Lo seguí hasta que estuvimos lo suficientemente lejos como para no regresar a casa de la abuela. Ese 24 de diciembre estuvimos los dos juntos. Las calles del centro estaban repletas, no he podido quitarme esa imagen porque fue la primera vez que estuve en la calle tan tarde. Iba de la mano de mi viejo y mi pecho latía con fuerza. Nos compramos un regalo, una especie de ajedrez y jugamos hasta más de las dos de la mañana. Más tarde, mientras mi papá dormía, yo permanecía con los ojos abiertos, porque cuando uno es feliz se desea matar el tiempo a palos para que no nos duela la mañana.

Como se ve... en este punto no tengo muchas definiciones, solamente la compañía persistente de ciertos sabores indelebles...



Roberto Pável Jáuregui Zavaleta


lunes, diciembre 11, 2006

La Muerte Esquiva


Recuerdo que cuando era niño solía escuchar centenares de historias acerca de la perdurabilidad sobrenatural de Hitler. Todas coincidían en que el sujeto no había muerto aquel día de abril, sino que se encontraba gozando de excelente salud y de mejor ánimo en algún lugar del universo. A partir de ese punto, la variedad comenzaba: primero, alguien había visto al dictador en Bolivia, ganándose el pan vendiendo jabones y perfumes; luego, otro dijo que se encontraba en Argentina dictando sus memorias o buscando empleo como empresario de espectáculos. También se dijo que lo más probable era que el Fürer se encontrara viviendo en el centro hueco de la Tierra en la mismísima Atlántida.

La variedad iba desde identificar al jefe nazi con el vecino de bigote mosca hasta el no menos sorprendente testimonio, según el cual, Hitler debía estar nada menos que en Ganímedes, la séptima luna de Júpiter, lugar donde existía una civilización superior y vegetariana, en la que don Adolfo compartiría casa con el rey del rock Elvis Presley y la inolvidable Marilin Monroe.

Es innegable de que existe cierta clase de individuos, cuya vida y muerte están cubiertos de incertidumbre. Qué más da un Hitler o un Pinochet; son hombres de quien todo el mundo dice que han muerto cuando están vivos, y que están vivos cuando han muerto. Probablemente sea un efecto curioso de la Luna en conjunción con Marte; o talvez sea uno de los efectos secundarios del roce del poder, de su expresión más asesina, que los marca con el estigma de una biografía incierta y de una muerte esquiva...

No lo sé... porque también podría ser la simple justicia de la vida, que niega el descanso del olvido a los “grandes” hombres sin alma.

Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

jueves, diciembre 07, 2006

Hombre y Nombre



Judas, el traidor. Nerón, Hitler y Calígula, tres locos sanguinarios. Napoleón, el genio militar…
Asociar un valor o una idea al decir un nombre cualquiera resulta curiosamente inevitable. Por ejemplo, de mi infancia recuerdo a Yuri, la tontería; a Cerdeña, la estupidez; a Juan, la amistad; a Paco, el alcoholismo; Elvis, la mansturbación; y Marco, las historias de terror y los chistes de Quevedo.



Resulta claro que el nombre resume al hombre. En cierta forma, vamos adhiriéndole nuestros momentos, nuestras palabras, nuestros pasos. César hizo de su nombre un signo de majestad y autoridad al punto que se convirtió en sinónimo de poder. De allí se derivó la palabra Kaiser y Czar, títulos de los emperadores alemanes y rusos. Alejandro Magno, conocedor que otro Alejandro había mostrado cobardía en el combate, le instó a cambiarse de nombre o a comportarse a la altura del que llevaba (talvez una incipiente protección de la calidad de marcas).



Me pregunto ¿qué idea vendrá a la gente cuando dice mi nombre? ¿qué pensamientos evocarán quienes pronuncian el tuyo?

Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

viernes, diciembre 01, 2006

Y hablando de liderazgo y elecciones...



El liderazgo es un hecho inevitable; siembre tendremos líderes, por lo que, el punto crucial en este asunto no será tanto “encontrar” un líder, como “escoger” al mejor.

Hace años leí una comparación muy interesante que puede ilustrar esta idea. Alejandro Magno fue un líder asombroso, hijo del rey Filipo, tuvo por maestro a Aristóteles, conquistó un imperio que abarcaba Grecia, Asia, Egipto y la parte norte de India. Sin embargo, al morir, su imperio se deshizo. Jesucristo, en cambio, fue hijo de un carpintero, nunca fue a una escuela famosa, y creo que nunca fue a una, su ejército se limitó a doce hombres sin mayor educación, y su vida y muerte ha influenciado la historia humana como la de ningún otro hombre. Es interesante que ambos líderes murieran a la edad de 33 años.

La conclusión de la historia resulta evidente: hay quienes buscan ser líderes por amor al poder; y hay quienes buscan ser líderes por amor al prójimo. La moraleja tampoco queda oculta: hay quienes buscan líderes en quienes saben mandar; creo, es más sabio, buscar guías en aquellos que saben servir.


Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

lunes, noviembre 27, 2006

Puntilladas



El hombre libre es el que no teme ir hasta el final de
su pensamiento.

León Blum

jueves, noviembre 16, 2006

Utopía



Hace poco recibí una invitación para participar en un recital. El tema: Utopía. Mientras escogía algunos poemas y escritos de mi despensa me pregunté: ¿qué es lo más determinante en la vivencia humana, el sentido de lo utópico o la experiencia de frustración?

Por un lado las utopías dinamizan nuestras acciones; de algún modo, debe haber algo de esperanza en cada movimiento. Sin la convicción o la subconsciente creencia en el final de cuento de Hadas, no moveríamos un píe de la cama. San Martín no hubiera venido al Perú, y sin esa idea, ciertamente, tampoco se hubiera marchado. Sin el sentido de lo utópico los matrimonios y las convivencias serían imposibles, tampoco serían posibles los divorcios, ni los viajes espaciales, ni las dietas milagrosas. Las utopías despiertan a los héroes, impulsan a las masas, crean puentes, levantan monumentos, pero también destruyen ciudades y desatan los genocidas. Las utopías inflaman la vida y justifican la muerte.

Sin embargo, por otro lado, todas las utopías son pendientes que terminan en un abismo profundo. Hay un momento en que el camino aparentemente promisorio se termina; hay un instante en que aparece a nuestros pies el abismo. Y la frustración se convierte en la constante compañera de cada búsqueda del hombre. Las revoluciones terminan volviendo a los orígenes; los libertadores se convierten en tiranos, y las búsquedas se estrellan en muros sólidos y oscuros. El que alcanza la fama, la lleva como una cruz; y quien tiene el poder se vuelve su esclavo.

¿Cómo explicar todo esto? Económicamente hablando las necesidades son ilimitadas, no hay utopía capaz de satisfacer la sed humana... y tal vez ahí esté la respuesta de todo, en que como siempre los dilemas son falsos dilemas, y en consecuencia, resulta irrelevante determinar cuál es el factor más determinante de la historia; el sentido de lo utópico y la frustración resultante serían, en verdad, dos caras de una misma moneda, dos momentos de la misma historia y la inevitable fatalidad del destino humano.


Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

domingo, noviembre 12, 2006

La Isla de la Espontaneidad





Hace unos días veía un nuevo comercial de cerveza:

A una isla llena de chicas bonitas, con bikinis que del solo recordarlos hacen sonreír, llega un hombre de corbata, navegando en una cabina agobiante y estrecha.

Ese hombre oprimido, habitante del mundo de las reglas, de la puntualidad y del semáforo; al haber llegado a la isla de la espontaneidad, de la libertad, de la ausencia de reglas, de las chicas de bikini jugando voley en la playa, de los cuerpos perfectos, de la cerveza… en fin; al haber conocido que el secreto de la felicidad radica en aflojarse la corbata y mandar al diablo las normas; ese hombre, ahora “liberado”, debe llevar de regreso a nuestro mundo (que situacional e históricamente coincide con el Perú) la cultura de la “espontaneidad” en una botella de cerveza.

No se puede pedir rigor filosófico a un “creativo” de la publicidad. Pero al menos debería mostrar un poco de sentido común:

¿Realmente necesitamos más “espontaneidad” en el Perú?

Salgan a manejar un rato, disfruten de nuestro “espontáneo” tránsito y luego respondan la pregunta.


Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

miércoles, noviembre 08, 2006

Papá Noel, Hugo Chávez y una Paradoja Libertaria



El día de ayer (08 de noviembre del 2006); el buen Hugo Chávez, en uno de sus acostumbrados exabruptos anunció la proscripción de Papá Noel, los árboles de pino, los bastoncitos dulces, la nieve ficticia, trineos, renos con nombre propio y demás parafernalia navideña. Las razones de la prohibición tienen que ver más con el aniquilamiento de los símbolos imperialistas (obviamente) que con la ortodoxia cristiana.

La medida permite varias lecturas:

Primera: Hugo Chávez supone que el poder político incluye la facultad de normar el modo en que los ciudadanos deben sentir y vivir sus tradiciones y religión. Tal atrevimiento establece el innegable parentesco de la llamada “Revolución” Venezolana con todos los sistemas de gobierno totalitarios y represivos que han existido a través de la historia incluyendo las monarquías absolutas europeas, la inquisición, el Papado, los Nazis, el Comunismo, etc. etc. Desde esta perspectiva, el único con derecho a sentir y a creer libremente es quien detenta el poder, todos los demás deberán adecuar no solamente sus conductas al imperio de la ley; sino también, sus creencias y sentimientos. En otras palabras, su mundo subjetivo e interno, aquél espacio del espíritu que es esencialmente libre, deberá quedar sometido a las convicciones del líder infalible e iluminado. Tal postura es una aberración insoportable.

Segunda: Hugo Chávez está convencido que el poder político le permitirá aislar a Venezuela del sincretismo simbólico del mundo globalizado. Me sorprende que un hombre tan aficionado a los medios, haya pasado por alto que la tecnología que nos rodea, como or ejemplo la internet, nos aproxima y acerca a múltiples culturas, en donde la diversidad y complejidad de los intercambios están produciendo una manera de pensar sincrética; este blog por ejemplo, también es leído en Venezuela ¿Realmente cree que prohibiendo a Papá Noel dará un duro golpe al imperialismo? Tal postura es de una estupidez memorable.

Tercera: Hugo Chávez que declara la guerra a los arbolitos de pino del imperialismo, sigue vendiendo el petróleo que mueven los ejércitos del imperialismo. Esta última postura es de un cinismo difícil de adjetivar.

Por otro lado, todo este asunto de la lucha emprendida por don Hugo contra el imperialismo para proteger las libertades venezolanas, que hoy en día no son muchas, dicho sea de paso; me hizo recordar a John Stott cuando acertadamente puntualizaba sobre el tema la libertad:

“... el asunto de la libertad muchas veces se entiende mal. Incluso los que más fuerte y sostenidamente vociferan acerca de la libertad no siempre se han detenido a analizar de qué están hablando. Un ejemplo notable lo constituye el orador marxista que estaba expresándose elocuentemente en una esquina acerca de la libertad que todos disfrutaríamos después de la revolución.

- Cuando obtengamos la libertad – exclamó – todos ustedes podrán fumar cigarros como ese – señalando a un caballero rico que pasaba.

- Prefiero mi cigarrillo – gritó un provocador.

- Cuando obtengamos la libertad – prosiguió el marxista, haciendo caso omiso de la interrupción, a la vez que se entusiasmaba con el tema – podrán conducir automóviles como ese – señalando un lujoso Mercedes que pasaba.

- Prefiero mi bicicleta – gritó el provocador.

Y así continuó el diálogo hasta que el marxista ya no pudo tolerar más al atormentador. Volviéndose hacia él, le dijo:

- Cuando consigamos la libertad, usted hará lo que se le diga.”



Curiosa paradoja resultante, la de perder la libertad en nombre de la libertad.



Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

Puntilladas



"No se establece una dictadura para salvaguardar una revolución; se hace la
revolución para establecer una dictadura."

George Orwell

lunes, noviembre 06, 2006

¿Promocionando Nuevos Valores Literarios?




Tomando una sabrosa taza de café en la no menos sabrosa compañía de un amigo, cuyo nombre vamos a mantener en reserva como mecanismo de protección, llegó a mi conocimiento una nueva modalidad de actividad literaria: la promoción de nuevos valores. La ocurrencia me pareció digna de un comentario por lo hilarante o lo delirante (eso ya es cuestión de aficiones), ya que siendo conscientes de la triste realidad literaria regional me parece un poco traído de los pelos que un escritor anónimo pueda promocionar a alguien, por más libros publicados que pueda colgar de su currículo.

Veamos el panorama a grandes trazos:

Las publicaciones son completamente irrelevantes e intrascendentes, demográficamente hablando. La Provincia de Trujillo debe tener algo de 600,000 habitantes. El impacto que pueda tener una edición de mil ejemplares (equivalente a menos del 1%) es casi nulo, por no decir nulo.

En la práctica todas las publicaciones son clandestinas, artículos coleccionables por la misma gente de siempre. Un reducidísimo círculo conformado por cuatro gatos involucrados en el quehacer literario, a los cuales todos conocemos, y son: fulano, sotano, mengano y la carracuca. Estos se homenajean, se invitan y se deshacen en halagos entre ellos, a falta de lectores reales, ya que sus publicaciones, usualmente de mediocre nivel, ni siquiera sirven para regalo consuelo de librería pirata. La verdad es que a estos literatos y comunicadores nadie los conoce, solamente sus amigos, ciertos adolescentes que puedan caer bajo sus garras o tres o cuatro mentecatos que se creen el cuento del artista “consagrado”.

Esto está ligado a un segundo problema: La falta de verdaderos editores. Aquí la cosa es más fácil de explicar; al no existir un verdadero mercado editorial, es imposible que existan editores. Un editor es un hombre de negocios, pero además, se supone, es un artista de gran conocimiento y sensibilidad literaria (al menos en el mundo civilizado). Debe tener la capacidad de valorar un texto y estimar su impacto en el mercado. Eso en la región liberteña es imposible. El 99.99% de nuestros “editores” no realizan ninguna función realmente editorial, no invierten en literatura sino en la ingenuidad y en el ego de nuestros “escritores”. La relación que se entabla entre el escritor y el pretendido editor más que editorial es simbiótica. .. Ellos simplemente se favorecen con las impresiones, por lo que técnica y tautológicamente son simplemente “impresores”, donde el asunto no es presentar un material de calidad, sino alentar todas las publicaciones para luego abandonar al iluso autor a su suerte.

Como el mercado ni siquiera tiene la oportunidad de agrandarse con los propios literatos, ya que los gatos que ya les mencione, por lo general nunca compran libros regionales (esperan que se los regalen); se llega al último nivel de degeneración: las patéticas ventas forzadas que los autores o sus amigos cercanos harán a los estudiantes que hayan tenido la mala fortuna de caer en sus garras. Pero al final, esta modalidad de venta tampoco hace a sus autores trascendentes, ya que los contenidos son de tan poca calidad que nada les garantiza que su imaginario “público” lea sus libros, y la verdad, en el mejor de los casos esas obras de arte van a un estante o a alguna caja a dormir el sueño de los justos, sueño que según Nietszche es largo y profundo.

Así, de todo este asunto se puede sacar dos aplicaciones:


Primero: Según el contexto literario regional e idiosincrasias anexas, se debe entender como promoción de nuevos valores aquella que realiza un escritor más o menos desconocido, a favor de individuos más o menos aficionados a la literatura, pero igualmente desconocidos, con el objeto de promocionarse a sí mismo. Como diría Condorito... Plop!

Segundo: En ese estado de cosas, que alguien pretenda promocionar nuevos valores resulta una pretensión digna del pueblo de Macondo, arrabales y demás coroneles.

He dicho




Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

miércoles, noviembre 01, 2006

El Concepto de Finalidad, la Naturaleza y el Estado




Aristóteles dice que el hombre es un Animal Político (un animal estatal sería una traducción más precisa); sugiriendo una concepción naturalista del Estado. Desde esa perspectiva, los seres humanos se orientarían a la convivencia “estatal” de un modo natural.

Cuando se coloca la causa sustancial del Estado en la esfera de la naturaleza humana, en la esencia del hombre; la apartamos del campo de acción de la libertad. Como resultado, el Estado no podría entenderse como acto racional y voluntario, sino más bien, como un hecho natural y necesario.

Problema: ¿Cómo podemos sostener, entonces, el concepto de finalidad del Estado? ¿Tienen acaso la naturaleza evolutiva un fin? ¿No es acaso producto del azar?

No es posible un fin fuera de la razón. El universo evolucionado carece de propósito, simplemente es. La lluvia carece de finalidad en sí misma, solamente posee consecuencias; su finalidad, en todo caso, es el resultado de una interpretación racional y externa. Únicamente un ser pensante se propone fines, de manera que el hombre, incapaz de “crear” racional y libremente el Estado, pero capaz de percibirlo, sería un simple intérprete...

Intérprete engañado, al fin y al cabo, que descubriendo ciertas relaciones, cree gobernar su propia historia.



Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

martes, octubre 31, 2006

Puntilladas



"Si en una sociedad no se parten equitativamente los derechos, los cargos y las obligaciones de tal forma que los magistrados tengan bastante poder, los grandes batante autoridad y el pueblo bastante libertad, no puede esperarse permanencia en el orden establecido"

Cicerón

domingo, octubre 29, 2006

Puntilladas


"La poesía no está escrita con ideas, está escrita con palabras"
Mallarmé

martes, octubre 24, 2006

La Brecha



Una tarde de Basket con los amigos termina usualmente en la panadería de Kucho, entre palabras superficiales y una CocaCola de dos litros.

La conversación superficial sobre las ventajas de usar un desodorante en spray en lugar de uno en barra, desemboca en el viejo chiste de King Kong y Kojak.

El chiste de Kojak nos conduce a explicaciones indispensables acerca de la calvicie de Telly Savalas y a las típicas preguntas: ¿qué es Kojak? y ¿quién es Teddy Savala?... entonces, de modo inevitable, hay que referirse a esas películas de los setenta que a veces había visto en televisores de tubos y a blanco y negro... y de pronto estoy hablando de cosas viejas que nadie recuerda, y caigo en la cuenta de que, al fin y al cabo, estoy hablando solo... pienso luego, es el tiempo; estos son los muchachos de ahora y yo, de algún modo, soy sólo un hombre de ayer...


Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

Fotografía: El abuelo David, mi hijo Rodrigo, Lima - 2006

jueves, octubre 19, 2006

¿Democracia y Respeto?



En la “Caretas” de hace un par de semanas encontré un artículo de Gorriti...

El artículo resulta interesante porque en él se llama la atención sobre un detalle curioso: La palabra “democracia” les encanta a los dictadores del mismo modo que la palabra “respeto” fascina a los delincuentes. Así por ejemplo Alemania del Este prefirió denominarse “Democrática”; y miembros de la mafia mejicana (narcotráfico) habrían dejado un par de hombres mutilados y decapitados con una nota: “Para que nos respeten”.

Una vez más encontramos cierta - y del modo más macabro – la justeza del refrán: “Dime de qué te jactas, y te diré de qué careces”


Roberto Pável

lunes, octubre 16, 2006

Dualidad: amplitud de percepción o simple reduccionismo



Hay una visión del universo como ente dividido en fuerzas que se oponen con simétrico encono; según la cual, el equilibrio entre el bien y el mal vendría a ser el fundamento de lo existente, incluyendo nuestra vida e historia.

Uno de los argumentos a favor del entendimiento dual de la realidad, se basa en que el ser de un ente determinado es imposible sin el ser de otro completamente opuesto. Sin mal, no conoceríamos el bien. Sin día no notaríamos la noche. Sin dolor, no percibiríamos la alegría, etc etc...

Contra esta falacia, se pueden plantear varias objeciones, mencionaré tres:

  1. Toda la comprobación de la teoría dual, se basa en la imposibilidad de percibir la realidad opuesta. En ese sentido, la complementariedad no necesariamente es ontológica sino simplemente cognoscitiva, y por lo tanto, el mal únicamente provoca la añoranza del bien perdido, más no ejerce ninguna influencia germinadora en aquél.
  2. Sin embargo, la función cognoscitiva de los contrarios resulta todavía más débil, ya que no es cierto que necesitemos conocer ambos opuestos para entenderlos individualmente. ¿Necesita el rico la pobreza para conocer su riqueza? No, la percibe por sus propios efectos, cuando usa de su dinero y su poder. Lo mismo ocurre con el bien y el mal, son perceptibles no por la existencia del otro, sino por las bondades o los estragos de sus propias consecuencias. Conocemos la luz, no porque haya oscuridad, sino porque vemos. Conocemos la oscuridad, no porque exista la luz, sino porque sencillamente no somos capaces de ver.
  3. No hay relación alguna de causalidad comprobada entre los opuestos. El día no es creado por la noche, sino por la rotación de la tierra; la felicidad no es causada por la tristeza, sino por un momento placentero; el dolor no es causado por el gozo, sino por una circunstancia pesarosa; de modo que no es necesaria una para la existencia de la otra.

El dualismo entonces resultaría ser no otra cosa que un reduccionismo simplón y sin sentido.

Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

viernes, octubre 13, 2006

El bien, el mal y Hobbes




Releía una vieja monografía redactada allá por agosto de 1994. En la página 24 encontré los siguientes comentarios sobre Hobbes:


Hobbes parte de la hipótesis de que un hombre libre no tiene escrúpulos ni conciencia, que es el esclavo de sus pasiones”

“...es tan egoísta y tan bajo moralmente que, experimenta una suprema satisfacción al perder sus derechos porque sabe que todos los demás los han perdido, y es tal certeza la que lo convierte en un buen ciudadano



Hobbes ve al hombre como un ser naturalmente ruin y egoísta. Ese egoísmo se ejerce en una libertad bastante amplia, por cierto, debido a que no se encuentra limitada por escrúpulos. De esa maldad original nace el orden político, porque hombres malvados y libres prefirieron perder sus poderes primigenios, entregándolos para formar el Estado, por el simple placer de ver que el resto de la humanidad también iban a perder su autonomía.

La idea me llamó la atención, no por la visible ingenuidad con que enfoca la compleja naturaleza humana, sino porque, en sí, nos plantea un dilema moral abrumador:

Esa asociación entre esclavitud y libertad, entre egoísmo y ética cívica ¿no lleva implícita la negación del mal y del bien? Si el hombre es libre para conducirse conforme a su ego, entonces, a la vez, es esclavo de sus pasiones; si el hombre es esclavo del Estado, en ese caso, por lo menos en la práctica, será liberado de su naturaleza viciada por la ética ciudadana. Y si una cosa se debe a la otra, ¿no podría llegarse a la conclusión de que ambas, al fin y al cabo, forman parte de algo más grande, una realidad que las unifica y las confunde?

Aparentemente sí... sin embargo, hay un pequeño defecto en el argumento. El contrato por el cual hombres perversos crearon el orden y el bien cívico nunca ocurrió, salvo en la mente de Hobbes, hecho elemental pero contundente, que convierte ese relativismo moral en una simple falacia.



Roberto Pável Jáuregui Zavaleta



lunes, octubre 09, 2006

Los dilemas de Grisham




John Grisham (escritor de legal thrillers) no es un autor cuyos libros se caractericen por la profundidad metafísica. No hay sufrimiento existencial en su obra; tampoco un punto de vista estético del dolor humano. No encontraremos un relato de las elegantes proporciones de Yourcenar, ni la narrativa poderosa de Gogol o Víctor Hugo.

Grisham, en cambio, construye relatos lineales con una maestría admirable. Sus personajes son seres de verosimilitud fílmica, y sus tramas se desarrollan de un capítulo a otro con soltura adictiva. Sus libros se meten en tu mente, te atrapan y te conducen por intrigas judiciales, que si bien percibes no son ciertas, las terminas aceptando como una “realidad” paralela.

Hace unas horas, en la página de “USAToday”, apareció una nota anunciando la publicación de su último libro; con un tiraje 2.8 millones de copias (Cifra por demás impensable en la miserable industria literaria nacional) se publicará “The Innocent Man” Lo interesante de esta edición, es que se trata del primer libro basado en un hecho de la vida real. La historia Ron Williamson, …”a once promising ballplayer who spent 11 years on Oklahoma's death row for a rape and murder he did not commit” (una vez prometedor jugador de baseball, quien pasó 11 años con condena a muerte en Oklahoma por violación y asesinato que no había cometido).

Ron Williamson era un hombre que padecía de problemas mentales, vivir cerca de la víctima y su historial de conducta problemática fue la única evidencia que se usó para determinar su condena. Policías, el fiscal, el juez y un “detector de mentiras” conspiraron para condenar ese hombre. Luego de 11 años, apenas cinco días antes de su ejecución, una prueba de ADN demostró su inocencia.

El libro de Grisham se presenta como una dura crítica al sistema norteamericano, y también como un serio cuestionamiento a la pena de muerte. La lógica indignación que provoca la condena de un inocente nos lleva hacia ese camino... aparentemente...

Mi punto es, que en una perspectiva la condena de un inocente, puede ser el argumento perfecto para no castigar a los culpables; en otra, la condena de un inocente puede ser el argumento perfecto para no dejar impune tal aberración.



Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta


viernes, octubre 06, 2006

Puntilladas




Ahora bien: no es posible que una fe muera si no es porque otra ha nacido, por
el mismo motivo que es imposible caer en la cuenta de un error sin encontrarse ipso facto sobre el suelo de una nueva verdad.

Ortega y Gasset

miércoles, octubre 04, 2006

El lenguaje como reflejo creador




Pocos días antes del fin de semana principié un encierro voluntario. Pasé cuatro días casi sin dormir redactando algunas líneas para mi curso de teología. Mientras elaboraba el esquema de uno de los capítulos y escogía los textos que pensaba disertar, mis ojos se fijaron en una cita de Carroll, quien, en su Comentario del Génesis, consideraba el "uso de un lenguaje articulado" como una característica de la “imagen de Dios” residente en el hombre.

La idea me llamó la atención porque ni Berkhof, ni Mullins, ni Clarke, ni ningún otro teólogo consultado había hecho esa proposición. Pero más que eso, me inquietó esa sensación de extraña familiaridad que nos acompaña, a veces, cuando nos presentan ciertas personas.

El algún lugar, en algún momento yo había revisado un texto paralelo o al menos relacionado. Me volví rápidamente hacia mis desordenados libros, mi índice se detuvo finalmente en la esquina derecha del librero, entre Stuart Mill y Zweig, sobre el libro de Ernst Cassirer titulado “Antropología Filosófica”.

En el capítulo relativo al lenguaje decía lo siguiente:

“Los creadores de las teorías biológicas acerca del origen del lenguaje no vieron el bosque a causa de los árboles. Partieron del supuesto de que una línea directa nos conduce desde la interjección al lenguaje, pero esto es una petición de principio, no una solución, porque lo que había que explicar no era el mero hecho del lenguaje humano sino su estructura. Un análisis de esta estructura revela una diferencia radical entre el lenguaje emotivo y el proposicional; no se hallan al mismo nivel. (...) Me parece que ninguna teoría biológica logró cancelar jamás esta distinción lógica estructural; no poseemos ninguna prueba psíquica de que ningún animal traspasara jamás la frontera que separa el lenguaje proposicional del emotivo. El llamado lenguaje animal es siempre enteramente subjetivo; expresa diversos estados del sentimiento, pero no designa o describe objetos. Por otra parte, no existe prueba histórica de que el hombre, ni en las etapas más bajas de su cultura, estuviera nunca reducido a un lenguaje meramente emotivo o a un leguaje mímico.”





Un teólogo del siglo pasado, relativamente oscuro ahora, coincide con un profesor secular de la Universidad de Yale; ambas posiciones, aun cuando se mantienen en sus respectivos lados de la calle, se miran con cierto aire de semejanza; a pesar de pertenecer a familias diferentes, ambas se acercan y complementan casi perfectamente.

Se me ocurre de pronto, que si Borges hubiera contado esto, talvez hubiera dicho que no hay dos posiciones coincidentes; que esa es solamente una manera de ver las cosas, que en verdad ambos libros son uno solo, como las dos caras de una misma moneda.


Roberto Pável


(1)Carroll; El Libro de Génesis; El Paso - Texas; CBP; s/f ; p.81
(2) Cassirer, Ernst; Antropología Filosófica; Fondo de Cultura Económica; México; 2° Ed; 1999; p. 175

sábado, septiembre 30, 2006

Puntadilla



"Para el lacayo no puede haber hombres grandes, porque el lacayo
tiene su propio concepto de grandeza"


Leon Tolstoi

viernes, septiembre 29, 2006

Don Benedicto, Don Manuel, Mahoma y los Musulmanes






Don Benedicto XVI, vicario absoluto, Sumo Pontífice, Jefe de Gobierno y conocedor profundo de la historia universal, se deja llevar por el alma provocadora del claustro universitario y cita a un emperador bizantino (Manuel II Paleólogo), reflexionando sobre los dudosos aportes de Mahoma a la humanidad en los siguientes términos:

“…solamente cosas malvadas e inhumanas, como su directiva de difundir por medio de la espada la fe que él predicaba…”



Los musulmanes, alcaedas y demás balnearios, se sienten naturalmente ofendidos, porque como todos sabemos, no hay cosa que ofenda más que la verdad. Caramba, decir esas cosas del Islam, Alá y mahoma, su profeta; era ofensa y de las serias. Seguramente sus pacíficas almas habrán pensando, “¿Qué nosotros hemos hecho cosas malvadas e inhumanas?... si solamente quemamos la biblioteca de Alenjandría, invadimos el norte de África, España, Asia menor, Constantinopla, secuestramos a los atletas israelíes, hicimos travesuras en un tren en Espala… ah! ¡Y nos bajamos las Torres Gemelas!”

Es comprensible la indignación del pueblo musulmán, expresarse de ese modo del Islam era tan ruin y calumnioso como hablar mal del mismo Gandhi (que no era musulmán, pero seguro tan pacífico como Mahoma). Supongo que en ese momento habrán pensado: “¡Hey! ¿Qué es lo que un pueblo pacífico y devoto como nosotros haría frente a un ataque de esta naturaleza? ¿Qué es lo que Gandhi, Buda, o Jesucristo habrían hecho en esta situación?”… Y zas, 16 iglesias católicas quemadas y una religiosa voluntaria muerta han ayudado a la humanidad a entender que Manuelito II alias Paleólogo está completamente “pasado de moda”.

Como vemos, las cosas están claras… excepto por una cosa. Si don Benedicto XVI , don Manuel II y demás números han dicho la verdad, ¿porqué disculparse? Decir la verdad le costó la cabeza a Juan el Bautista, malos ratos a Jeremías, una muerte doloras a Isaías, el martirio a Esteban, no recuerdo que ninguno jamás se haya disculpado por decir lo que tenia que decir.

Pável Jáuregui
http://http://www.mexicosiemprefiel.com/visita_alemania_2006/

jueves, septiembre 28, 2006

Puntadillas


“El dinero no cambia a los hombres, sólo los desenmascara. Si un hombre es egoista, arrogante o avaro por naturaleza, el dinero lo revela, eso es todo”

Henry Ford

miércoles, septiembre 27, 2006

Fraternal




Fraternal es parte del poemario "Tratados", escrito entre 1999 y 2,006. Precisamente este poema corresponde a la etapa temprana de la composición del poemario. Puedes encontrarlo en Poesía Propia... (Leer poema en: http://www.tresblas.blogspot.com)

sábado, septiembre 23, 2006

El chocarrero absurdo del "superhombre"





Lógicamente el ateismo y el teismo son cuestiones de fe. Digo lógicamente debido a que, según las reglas de la lógica, no se puede descartar la existencia de Dios por la imposibilidad científica de su demostración, así como tampoco es posible afirmarla usando como prueba la imposibilidad de demostrar su inexistencia.

Ante ese estado de limitaciones probatorias, decir que Dios existe o decir que Dios no existe se reduce a una cuestión de “aficiones”. Quien afirma la existencia de Dios y quien la niega, en realidad, no afirma ni niega algo sobre Dios, solamente afirma una “simple” creencia. De modo que tanto la religión como la ausencia de religión tienen un origen común: la fe.

Considero que el ateismo es una necedad en general. Sin embargo, de todas las formas de ateismo que he encontrado, la más estrafalaria e irracional, es aquella que tiene su punto de partida en Nietzsche y la alucinada teoría del superhombre.

“Dios ha muerto” y “el superhombre”; “el hombre es, al fin y al cabo, su propio dios” son frases comunes en ese enfoque. Cuando un ateo dice que Dios no existe, se funda en la falta de evidencia empírica. Dios, al ser excluido como objeto de ciencia, queda excluido también de la lista atea de cosas existentes. Por mi parte, tendría reservas en creer en un Dios susceptible de ser objeto científico, claro que eso preocupa poco al reflexivo ateo, a él únicamente le interesa dejar en claro que sostener una fe en Dios es irracional debido a que no hay evidencia científica.

Sin embargo olvida aplicar el mismo criterio cuando se trata de analizar el mito del superhombre. Basta con leer los periódicos para descubrir que la idea del superhombre no tiene ninguna evidencia empírica. La historia del hombre es una historia cruel de voracidad y ambición. Nadie ha escapado a la verdad de su propia corrupción, no hay hombre que no haya sido atacado por la vanidad, el rencor, la envidia, la codicia o el egoísmo. Esos mismos ateos, devotos del superhombre, son criaturas atrapadas en sus propios vicios de hombres vulgares y corrientes.

Hace unos años César Hildebrant presentó un reportaje a un grupo de ateos selectos, uno de los argumentos mencionados contra la existencia de Dios decía más o menos así:

“Yo no puedo creer en Dios, porque si Dios existiera no permitiría este mundo de mierda”

Lo interesante es que ese argumento contra Dios, viene al “superhombre” como anillo al dedo, ya que si el mundo es un “mundo de mierda”, lo es gracias a la actividad humana. Es el hombre el encargado, cada día, de darle ese acento fecal a la existencia. Es él quien te roba, quien te pide coimas, quien se copia en los exámenes, quien falsifica documentos para obtener visas, quien ha desatado las persecuciones religiosas, quien ha emprendido todas las guerras; quien fabrica bombas, quien invade países, quien destroza la vida, quien no paga salarios, quien evade tributos, quien engaña, quien deja hijos sin reconocer, quien mantiene las cárceles llenas y los orfanatos sin abasto, y quien anda buscando hacer más grandes sus particulares beneficios...

No, no puedo creer en el superhombre por la misma razón que los ateos niegan a Dios, porque si el superhombre fuera posible, no existiría este “mundo de mierda”.

Fe racional o fe irracional, a eso se reduce la cuestión. ¿Qué es más racional, creer en Dios o creer en el Superhombre?

Para algunos lo racional es decir que Dios ha muerto y seguir el autoengaño del superhombre, lo que en realidad es un pretexto para hacer cuanto deseen abandonando el último freno de la conciencia (los Nazis partieron de la misma idea). Para mi lo racional es reconocer que el hombre ha muerto, que cada día vemos sus cadáveres viviendo falsas vidas, llevando su podredumbre donde quiera que esparcen sus pisadas; para mi lo racional es, al fin y al cabo, buscar a Dios mientras puede ser hallado.



Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta

miércoles, septiembre 20, 2006

La autodestructiva ilusión cíclica


Desde siempre he tenido la percepción de la permanente oposición entre naturaleza y cultura.


La cultura no comprende lo natural. Se horroriza ante los métodos y procedimientos naturales; mientras en el mundo natural los débiles, los ancianos y los enfermos son eliminados; el hombre, por su lado, busca prolongar la vida de los miembros de la sociedad más desprotegidos.
La naturaleza no puede asimilar lo cultural (conducta y obra humana), la cultura quebranta el frágil equilibrio biológico; destruye ecosistemas y, en general, trastorna el orden natural.
Lo fatal de esta oposición es que mientras la cultura aniquila lo natural, destruye su propia fuente de sustento y continuidad biológica. Desde esta perspectiva la cultura tiene la forma de un “geno – suicidio”: Toda la obra del hombre, en suma, se podría reducir a un solo acto de autodestrucción.

Hace un par de días se me presentó un modo distinto de ver el asunto. Podría ser que la visión de la oposición cultura – naturaleza, con su catastrófico final, sea consecuencia de una visión lineal de la historia. La cuestión es ¿y si la historia, como la misma naturaleza, fuera cíclica? En ese caso la oposición entre lo cultural y lo natural sería no una historia de autodestrucción sino una historia de renovación.

Del mismo modo en que la luna se renueva, al menos en un sentido perceptivo, la naturaleza misma estaría atravesando un proceso de renovación, por el cual la naturaleza consciente (cultura) reemplazará a la naturaleza inconsciente (animal, vegetal). En esta perspectiva la extinción del mundo natural como lo conocemos, no necesariamente implicaría el fin de la humanidad, sino simplemente la extinción de todo aquello que no pueda ser asimilado en el orden cultural.

Hace un par de minutos se me presentó otro modo de pensar estas cosas:
Podría ser que la visión cíclica de lo natural fuera solamente una falsa percepción. Del mismo modo que la renovación de la luna es un invento de la imaginación humana (todos sabemos que físicamente la luna no se renueva), podría ser que todos los ciclos naturales sean simplemente eventos inconexos sin relación de causalidad alguna; es decir que, a la larga, se trataría de una ilusión cultural, en virtud de la cual, todos los ciclos percibidos serían falsos ciclos, y por lo tanto, la concepción cíclica de la vida y la naturaleza, no sería otra cosa que el autoengaño que sustentaría y permitiría nuestra autodestrucción; la sensación de invulnerabilidad para hacer más fácil nuestro camino hacia la muerte segura.

En este último caso, nuestra destrucción sería igualmente inevitable.




Roberto Pável Jáuregui

sábado, septiembre 16, 2006

Pena de Muerte: Entre la Hipocresía y la Barbarie


“La pena de muerte sería volver a la barbarie”... he aquí una frase llena de vigor, retórica y falsedad.
No la comparto ni me dejo impresionar por ella por la sencilla razón de que jamás hemos salido de la barbarie. Cuando salgo a la calle me encuentro con la barbarie por todos lados, en el tránsito, en los periódicos, en los secuestros al paso, en los secuestros de niños, en todos los secuestros, en las violaciones, en los asesinatos de cambistas, en los asesinatos de obreros, en todos los asesinatos, en nuestra mediocre literatura regional, en el seguro social, en las esquinas, en las veredas, en la Policía Nacional del Perú, en el Poder Judicial, en la Dirección Regional de Educación, en el Instituto Nacional de Cultura, en el Colego de Abogados, en las disputas “espirituales” de la iglesia evangélica y en las paganas procesiones de la Iglesia Católica Apostólica y Romana.
La barbarie es el medio en el que vivimos y en el que hemos crecido. La barbarie nos lleva a excarcelar delincuentes y asesinos; y nos hace defender la vida de quienes aniquilan nuestros hijos y nuestras familias.

¿Y cómo lo hace? Una sola palabra: Hipocresía

La barbarie en el Perú se ha disfrazado de hipocresía. Los grandes juristas se rasgan las vestiduras haciéndonos creer que luchan por la razón y por el Derecho. Sin embargo, durante años han permitido el envilecimiento de nuestra administración de justicia manteniendo uno de los sistemas judiciales más absurdos y corruptibles, no del mundo, sino de la historia; los prelados de la Iglesia, se rasgan las vestiduras en defensa de la vida, cuando hasta hace unas décadas la tortura, la muerte y la Inquisición eran sus métodos favoritos de esparcir el evangelio; finalmente grandes e insignificantes hombres de letras y artistas de diversa índole han enarbolado la “bandera de la vida”, y buscando dorarse con un poco de mística y altruismo marketero y civilizado, han salido ha emitir sendos pronunciamientos contra la pena de muerte; porque esa es la manera más fácil de pasar por intelectual y hombre racional.

Todos le dicen “no” a la pena de muerte y aparentan ser hombres de una constitución más allá de las bajas pasiones. Sin embargo lo único que demuestran es que son hombres cuyo pensamiento está más allá de la realidad.

La verdad es que la pena de muerte existe en el Perú y ha estado vigente desde siempre. La pena de muerte está vigente sobre los indefensos, sobre los trabajadores, sobre las gentes de bien, sobre los cambistas, sobre los niños, sobre todos aquellos que no usamos armas, sobre todos aquellos que trabajamos para lograr un futuro mejor para nuestras familias. Es una pena rápida y sumaria, porque el criminal encargado de su ejecución no requiere de un juicio previo, ni testigos, ni pruebas, su única razón es su propia codicia o sus deseos corrompidos. Esta es la pena de muerte que está vigente también sobre nuestros hijos, no consiste en la eliminación simple de la vida, sino su destrucción dolorosa y cruel.
Como dije antes, no es posible que la pena de muerte sea una vuelta a la barbarie, porque la barbarie convive con nosotros diariamente en su forma más terrible: la impunidad.
Roberto Pável Jáuregui Z.

lunes, septiembre 11, 2006

11 de Setiembre: el detonante de un futuro incierto









El 15 de Marzo del 44 a. C. senadores romanos asesinaron a Julio César. El 28 de Junio de 1914, Gavrilo Princip asesinó al archiduque Francisco Fernando y su esposa Sofía en la ciudad de Sarajevo. El 11 de setiembre del 2001 un atentado masivo destruyo el World Trade Center y parte del Pentágono, en lo que sería el atentado más chocante de todos los tiempos.

Los senadores romanos pensaban salvar la República cuando cometieron ese asesinato. Resulta curioso que la túnica rasgada y manchada con la sangre de César, le diera a Octavio el apoyo del pueblo romano para desencadenar la guerra que finalmente terminaría con la institución republicana. Octavio sería recordado ahora como César Augusto, el primer Emperador y La República que se buscaba perennizar habría muerto para siempre.

Gavrilo Princip asesinó al Archiduque Francisco Fernando, buscando asegurar la grandeza e independencia de Serbia; a la postre provocó la guerra más destructiva de la historia hasta esa época. La participación de Rusia como protectora de Serbia, desestabilizó considerablemente el gobierno zarista en crisis, siendo esa, una causa identificada de la Revolución y del fin del Imperio Ruso. El gobierno soviético resultante, ejercería una poderosa influencia sobre Europa del Este, de tal modo que después de la Segunda Guerra Mundial Serbia habría perdido su soberanía y autonomía, para conformar la República Socialista Federal de Yugoslavia.

El 11 de Setiembre cerca de 3,000 personas murieron en un ataque dirigido al corazón de los EE. UU. El atentado tenía como objetivos el Pentágono, el Centro Mundial de Comercio y la Casa Blanca, y fue llevado a cabo por el grupo fundamentalista Al Qaeda.

Fundada en 1980, con ayuda de EE UU, para oponerse a las fuerzas soviéticas en Afganistán, Al Qaeda hacía caer en el 2001 su destrucción y odio contra su propio mentor. El resultado fue la invasión de Afganistán, la destrucción del gobierno Talibán y la Segunda Guerra del Golfo.

He querido recordar de un modo superficial tres atentados que han marcado la historia. Trato de encontrar puntos comunes, alguna pista que nos permita entender el presente:

Tanto César, como el Archiduque, como la CIA conocían la existencia de complots para la realización de todos estos atentados. Sin embargo nadie hizo nada para impedirlos.

En los tres casos, quienes participaron de los hechos obtuvieron resultados muy distintos a los que querían lograr. Los senados, en realidad, terminaron con la República; Princip inició el camino que llevó a Serbia hacia su desaparición como nación al ser absorbida dentro de Yugoslavia; Al Qaeda propició la invasión de Afganistán, país cuya defensa había sido la razón de su fundación.

De los tres casos resultaron guerras que afectaron significativamente el mundo político y la historia. La República fue sucedida por el Imperio Romano. Los Imperios Ruso, Austriaco y Alemán dieron lugar a repúblicas democráticas y gobiernos comunistas que determinaron el surgimiento de la Guerra Fría.

La cuestión es, ¿a dónde nos están llevando los actuales conflictos?

Sabemos que la Guerra que comenzó en Afganistán se ha extendido a Irak, pero no sabemos donde terminará todo esto.

Dada la coyuntura actual, y el testimonio del pasado; más allá de la consternación que nos provocan las heridas aun no cerradas, cabría preguntarnos válidamente hacia dónde vamos; preguntarnos si el 11 de setiembre fue una simple matanza sin sentido y sin ninguna relevancia, o preguntarnos si fue el más terrible detonante de un futuro rodeado de incertidumbre.
Roberto Pável

miércoles, septiembre 06, 2006

Datos al Aire Sobre El Asunto de Yanacocha


Unos 30 millones de soles (US$9.25 millones) perdió la minera Yanacocha como consecuencia de los cinco días de paralización de actividades por el conflicto con la comunidad de Combayo, según el vicepresidente regional de operaciones de la empresa, Carlos Santa Cruz.
“La actividad colateral de la minera ha resultado afectada donde es más difícil cuantificar las pérdidas, porque se trata de contratos y retrasos en los envíos de materiales”, refirió.

(Diario Correo, 06 de Setiembre de 2006)

Pero la decisión del Poder Judicial peruano fue el resultado de presiones políticas. Inicialmente, la justicia peruana había fallado a favor de la estadounidense Newmont en dos ocasiones. Pero, en 1997, la Corte Suprema volvió a abrir el caso al mismo tiempo que el gobierno francés ejercía intensas presiones sobre el gobierno peruano. La New York Times asegura que hasta el presidente francés, Jacques Chirac, se inmiscuyó en el asunto escribiéndole al entonces presidente peruano, Alberto Fujimori.


(http://www.perupolitico.com/?p=127)


“Hay un alto porcentaje de las recomendaciones que han sido implementadas en un orden del 80% que equivale a 240 recomendaciones que están, o en un proceso avanzado, que quiere decir que no les falta mucho para completarlas o que están completamente implementadas”, expresó el funcionario de la firma colombiana Ingetec que presentó el último viernes en los ambientes del Gran Hotel Continental, el informe de verificación del cumplimento de estas recomendaciones."


(http://www.cajamarcaperu.com.pe/portal/index.php?option=com_content&task=view&id=907&Itemid=2)

Hace 10 años (agosto 1993) Fujimori exhibía la primera barra de oro obtenida por Minera. Antes éramos el cuarto departamento más pobre del Perú, hoy somos el segundo. Terceros en desnutrición (Encuesta Nacional de Hogares. INEI 2001). El distrito de la Encañada (donde se encuentra ubicada Minera Yanacocha), hace diez años que sigue siendo muy pobre. La desnutrición crónica alcanza niveles que van desde el 67% al 85%, TBC (24% en sus zonas más pobres). Yanacocha es la empresa número uno en Latinoamérica, Newmont (accionista principal, la dueña real para muchos) es la empresa de oro número uno en el mundo. Irónicamente tenemos en Cajamarca: más pobreza, distorsión de precios y encarecimiento del costo de vida. ¿ Cuál desarrollo, dónde, cuáles son sus indicadores y fuentes de verificación?


(http://www.cajamarca.de/mine/mentiras.htm)

Yanacocha : derecho de propiedad y el manoseado concepto de la peruanidad


¿Es la riqueza ajena razón suficiente para tomarla?



Pensar en el tema Yanacocha implica la consideración de dos cuestiones básicas: El Derecho de Propiedad y la redefinición del concepto de la peruanidad.

En el primer caso, si un grupo de individuos resultan tener derecho a gozar de beneficios y utilidades por el simple hecho de vivir cerca de donde se está generando riqueza; entonces queda justificada la afectación de la propiedad por cualquiera, con la única condición de que se exhiba un certificado de pobreza. Un sujeto podría acercárseme por la calle y pedirme una pensión de alimentos para su familia usando como único fundamento el tener magros ingresos. Tal posición es absurda, por lo menos para todos los casos, salvo que quien va a ser afectado con la medida sea Newmont – Yanacocha.

Quienes salen a “defender” la patria entorpeciendo la actividad de la minera creen tener derecho legítimo a la propiedad ajena. Me pregunto si creerán con la misma intensidad que los terceros tienen derecho a sus bienes particulares.

La cuestión es que ellos parten de un criterio: “defender lo nuestro”, la cruzada por obtener beneficios ajenos se transforma en una cruzada por la “peruanidad”. Y ese es el segundo concepto comprometido:

Quienes protestan contra la minera piensan que protegen nuestra peruanidad, piensan que están luchando contra el extranjero que ha venido a llevarse nuestra riqueza (riqueza que es entendida como recursos naturales). En principio los recursos naturales no son riqueza, son simplemente recursos naturales. Recuerdo el caso de un “rico” titular de un denuncio minero con el que tuvimos que tratar años atrás. El hombre tenía concesiones mineras sobre un enorme yacimiento, literalmente era una montaña de hierro. Nuestro Estudio asesoraba un contrato de compra del mineral para una compañía canadiense. El negocio nunca se realizó, porque ese hombre “rico” no tenía medios para llevar el hierro hasta un puerto utilizable sin elevar los costos por encima del precio internacional. Pocos saben que en el Perú hay sectores de la industria que se ven afectados por la pobre infraestructura portuaria, además de un universo de trabas formales.
No son los recursos naturales la fuente de la riqueza, ni tampoco la inversión extranjera la fuente de nuestra pobreza.

Ocurre que en el Perú existe una leyenda urbana que se resume en la siguiente expresión: Somos pobres porque los chilenos han abierto el Saga y el Ripley; o porque una empresa minera extranjera tiene un lucrativo negocio de oro que deja al Estado algo de 244 millones de dólares en impuestos.

Como contraparte ninguno de los nacionalistas y luchadores sociales que han salido a interrumpir las actividades de la empresa minera, producen siquiera 1,000 dólares en impuestos para el Perú.

Las cifras son claras: la mayoría de empresas peruanas son informales, no pagan impuestos ni pagan beneficios sociales a sus trabajadores. Simplemente se dedican a lucrar sin dejar nada a la preservación o mejoramiento del Estado. Estas empresas de bandera nacional son las que mantienen en zozobra a la mayoría de la población trabajadora, pagando salarios por debajo de los mínimos legales y evadiendo sus responsabilidades tributarias.

Me parece que, al fin y al cabo, la mejor cosa que podríamos hacer en defensa de la patria y de la peruanidad, antes de salir a bloquear carreteras, es comenzar por asumir nuestros deberes como verdaderos peruanos. Que los taxistas comiencen por respetar el tránsito; que los afiliados al SUTEP comiencen por someterse a verdaderas evaluaciones de capacidad; que los empresarios “chicha” paguen sus impuestos; que los agricultores destinen verdaderamente los financiamientos obtenidos a la agricultura; que los usuarios del Banco de Materiales devuelvan los créditos para que otros usuarios puedan acceder a similares ventajas; que los contratistas encargados de ejecutar las obras públicas, cumplan con lo establecido en los contratos y que dejen de “amarrarse” con los funcionarios del Estado encargados de su supervisión; que la policía deje de pedir plata; que los jueces y vocales corruptos sean verdaderamente castigados; que el Ministerio Público obre con inteligencia; que… en fin, luego de que todos hayamos comenzado por cumplir nuestras responsabilidades como peruanos, podamos percibir el verdadero camino de la prosperidad y la riqueza: el cumplimiento de nuestros deberes, el trabajo y la libertad.
Roberto Pável

domingo, septiembre 03, 2006

Tolstoi: El Espejismo de la Libertad





“La Guerra y la Paz” (1869) es una novela imprescindible. Traducida y publicada a los idiomas más extendidos, esconde entre sus páginas una sólida y “escalofriante” concepción de la historia.

Particularmente, discrepo con aquellos que pretenden reducir el libro a un simple fresco de la vida rusa ente 1805 y 1815. En el libro aparecen más de quinientos personajes claramente definidos, no para retratar un momento de la historia rusa, Tolstoi en verdad quiere reproducir y demostrar los principios que rigen la historia en general. No es un libro sobre la Guerra de 1812, el tema del libro es la historia y la libertad.

No es una simple novela. Es una “parábola” literaria y épica de una teoría sobrecogedora. Tolstoi pretende ilustrar la relación de identidad ente el determinismo histórico y el mito de la libertad individual.

La historia, según su pensamiento, no es el producto de la voluntad de los gobernantes ni de la voluntad de un individuo. El liderazgo, desde esa perspectiva, es un espejismo. El hombre sin excepción está cautivo de sus circunstancias, y es tanto más prisionero cuanto más poder suponga tener.

De ese modo, para Tolstoi, Napoleón no tuvo la idea de invadir Rusia, Napoleón fue arrastrado por una fuerza superior hacia un destino más allá de todo cálculo. Él, como los demás combatientes, como el resto de sus personajes viven las vidas que están determinados a vivir, sin poder sustraerse a su destino.

Los hombres, según Tolstoi, están condicionados por sus limitaciones temporales y espaciales. Caminan y ven del modo que les permiten sus cuerpos y sus propios pensamientos. Toda “elección”, en verdad, es una aparente elección. Hasta en las decisiones más sencillas están ausentes las opciones. Decidimos hacer lo único que realmente podemos hacer. Nuestras circunstancias objetivas y subjetivas determinan nuestra vida, simplemente.

La libertad no existe. Tolstoi compara la sensación de libertad con la percepción que tenemos de la Tierra. Sabemos que el planeta es curvo y que está en continuo movimiento. Sin embargo lo percibimos plano y quieto. La aparente forma y quietud del suelo es solamente una ilusión que hace posible nuestra vida. Del mismo modo, nuestra facultad de elegir es solamente una ilusión que nos ayuda a permanecer con vida.

Si el hombre, como dice Tolstoi, es un ser determinado, entonces escribí este artículo no como un acto libre, lo escribí porque no podía ser de otro modo. De la misma manera, no escogiste leerlo, lo leíste porque esa era la única elección real que tuviste. Si somos juguetes de las circunstancias, hojas de otoño que el viento lleva; si Tolstoi tiene la razón; entonces la libertad sería el gran autoengaño de la especie humana.



R. Pável Jáuregui Z.

viernes, septiembre 01, 2006

Britney Spears y la preservación de la "especie" japonesa


El 28 de agosto del 2006, la agencia Reuters informó que finalmente los japoneses usuarios del metro de Tokio podrán disfrutar de la imagen de Britney Spears “desnuda y en avanzado estado de gestación”. Aparentemente, de la redacción del artículo se desprende que adoptar tal decisión no fue cosa sencilla, sino que en un principio se habría sugerido cubrir algunas porciones del cuerpo de Britney a fin de evitar una sobredosis de estímulo en la juventud japonesa.

Una sobre dosis de estímulo, parece ser, es lo que precisamente necesitarían los japoneses; según el mismo artículo la tasa de natalidad ha sido de 1.25 en el año 2005, habiéndose convertido la población japonesa en la más vieja del mundo. Para usar un término del National Geographic, si las cosas continúan así, los japoneses pronto serán una “especie” en vía de extinción. Por lo cual, para algunos japoneses, como Takuro Shimuzo (78), Britney en cueros podría tener una repercusión favorable en la baja tasa de natalidad.

La cosa entonces adquiere un tono atávico. Evoca las imágenes de las venus prehistóricas, de grandes barrigas y no menos sobresalientes pechos, asegurando la continuidad de la raza.

Britney se habría convertido, en cierta forma, en una moderna representación de Ceres, en una Astarte contemporánea; y el metro de Tokio, en el último templo donde recordar los ancestrales cultos de la fertilidad.

Tomando en cuenta todos estos datos, parece ser que si don Takuro tiene razón, Britney estaría iniciando una gesta épica. Britney embarazada estaría a la altura de las más mentadas heroínas del anime nipón: salvando a la postre al pueblo japonés de su peor y más cruento enemigo: ellos mismos.
Roberto Pável

domingo, agosto 27, 2006

Extremos Cercanos: La Posibilidad de lo Imposible o Imposible Posibilidad








“Los extremos se tocan”. Sostienen algunos. Puede haber alguien que ame tanto, que su amor se parezca al odio; y puede haber alguien tan incrédulo que su incredulidad sea un acto de fe absoluta.
En esa perspectiva, si los extremos concuerdan, entonces toda disyunción sería un espejismo de la razón.
La idea me parece sugerente; he experimentado la teoría figurándome diferentes situaciones extremas: una persona que de lo puro ladrona sea honesta; un hombre que de lo puro macho guste de otros machos; un haragán cuyas siestas sean tales que para descansar tenga que ponerse a trabajar; una noche tan oscura que ilumine, un día tan luminoso que oscurezca, la maldad haciéndose buena; la bondad, envilecida. En fin, extremos tocándose en insospechados salones de la semejanza.
En consecuencia cuando respondo todo, en verdad no contesto nada; cuando respondo nada, en verdad, estoy diciéndolo todo. Si tuviera que escoger entre ambos, siempre tendría que escoger a ambos. Si tuviera que renunciar a algo, estaría aceptándolo todo.
Más allá la sugerencia, a la larga, implicaría la simple negación no solamente de la disyunción sino también de la conjunción, podría ser que efectivamente, los opuestos sean coordinados aspectos de una realidad más grande y por lo tanto todas las luchas, sean falsas luchas; todas las contradicciones, falsas contradicciones; todas las guerras, falsas guerras... ya que simplemente serían solamente una cara de la moneda. Todo estaría fundido en un solo vínculo más grande, tal vez la historia, tal vez un cuadro... tal vez en el pensamiento de un ser... pero también podría ser todo lo contrario...
Podría ser que como efecto de estas enredadas falacias, entonces, todo lo dicho aquí sea verdadero y por lo tanto no sean falacias, o podría ser que siendo tan ciertas, resultaran falsos absurdos...
Desorbitada elección la que podría esperarnos o desorbitada elección la que podría no esperarnos.
Todo o nada, como dijimos al principio, podría ser realmente todo o podría ser realmente nada, pero podría ser también, todo lo contrario.
Roberto Pável

sábado, agosto 26, 2006


Pisco Peruano

viernes, agosto 25, 2006

El Concepto de la Perunidad y el Perro del Hortelano



La semana pasada he escuchado hasta el cansancio el tema que ha sacudido las conciencias patrióticas de la nación:

¡Chile nos ha robado el Pisco…! ¡El Pisco es peruano!

Veamos el asunto con sangre fría:

Primero: Según un artículo publicado por el Instituto de la Libre Empresa la salida de peruanos hacia otros países ha llegado a la cifra record de 1,164 personas diarias en el año 2005.

Segundo: He conocido a más de un peruano que ha buscado la adopción, el matrimonio, y hasta la circuncisión con la finalidad de obtener una nacionalidad distinta.

Tercero: Vargas Llosa es español.

Cuarto: Vallejo dijo: “me moriré en París”, jamás dijo me moriré en “Santiago de Chuco”, ni en el Callao o la Huacachina.

Quinto: El único que ha hecho bochinche por perder la nacionalidad peruana, ha sido Baruch Ivcher, que es judío.

Sexto: Ayer a través de la magia de la internet encontré a un primo mío, gran amigo, brillante intelectual, además de jugador formidable de ajedrez, con quien sostuve una breve y productiva conversación cuyo tema podría titular: “Al fin llegué a la civilización”, mi primo obviamente no estaba en el Perú, estaba disfrutando del buen trato, los modales civilizados y la atmósfera segura de Santiago de Chile.

Por estás consideraciones, para mi el tema del Pisco peruano es asunto del perro del hortelano. Pienso que si el pisco pudiera, estaría festejando haber obtenido la nacionalidad chilena, y en estos momentos buscaría el modo de llevarse a sus familiares. Pienso que el Suspiro a la Limeña, si pudiera, estaría envidiando la buena fortuna del Pisco, y pienso que todos aquellos que ahora gritan con furia acerca de la peruanidad del Pisco, saltarían en un pata si pudieran hoy mismo dejar el Perú con un pasaporte azul o al menos una green card.

“El Pisco es peruano”, gritan hacia la calle… “pero ojalá yo no lo fuera”, es lo que se guardan en el corazón.

Roberto Pável

Aclaración contextual: La versión de que Chile había nacionalizado el pisco fue el tema de cuanto medio "desinformativo" existe en el Perú, programas radiales, noticieros, etc; así que el artículo ha sido escrito no desde la perspectiva de la disputa del pisco y del texto de las resoluciones emitidas al respecto, sino desde la perspectiva de las vulgares y desinformados chismes divulgados la semana pasada.
Todo el mundo sabe que el Pisco es peruano.

martes, agosto 01, 2006

Zinedine Zidane: Entre la Realidad y la Ficción




Parecía el final perfecto. Una película de Hollywood. La leyenda que está cansada de su camino y decide retirarse logrando una hazaña que se recordaría para siempre.
Zinedine Zidane, nació el 23 de Junio de 1972, el mismo día que mi esposa y un año antes que yo. Era mi “promoción”. Por eso, talvez, se le podía percibir más cercano. Y el que pudiera salir del fútbol con la copa del mundo en las manos, justo antes de su retiro parecía ser Hollywood en vivo: el sueño americano en Europa.
Zinedine juega un partido para el recuerdo frente a Brasil, lo que motivó que el final glorioso con la copa y todo lo demás se hiciera verosímil y terrenal. Los días previos la gente especulaba y se hacían apuestas en donde barbas y pelucas se ponían en juego.
Finalmente llegó el partido del destino, sonó la Marsellesa, la pelota rueda y pasan cuarenta y cinco minutos sin el gol esperado. Luego de todo eso, Zidane lanza un soberbio cabezaso contra el arco de Italia, luego lanza otro soberbio cabezaso contra el estomago de este italiano cuyo nombre me importa un comino, y al hacerlo le lanza un cabezaso a la historia que pudo haber sido, al corazón de los hinchas, a las barbas del tío Carlos, y a la peluca de mi amigo Francisco. Tarjeta roja, y el final a lo Hollywood se vuelve una película de bajo presupuesto.
Diciéndolo de otro modo, lo que parecía una presentación épica hollywoodencie terminó como las más hiper realista película francesa.
Roberto Pável

Liberación de Complejos o Pérdida del Sentido Común


Cuando recién salidito de la universidad iba a la oficina de mi primo Martín, era muy importante para mí, la opinión que mis posibles clientes tendrían acerca de mi persona. Me ponía corbata con un nudo Oxford, y debía haber una perfecta combinación de color entre la correa, los zapatos , la camisa, el saco, los lapiceros, las medias y los calzoncillos.
Luego de algún tiempo llegué a la conclusión de que mis calidades personales no iban en función del color de mis medias, así que decidí ir ala oficina del modo más cómodo posible, en verano: bermudas y sandalias. En invierno: Jeans y gorrito de lana.
El primer paso en el camino de la libertad es el autoconocimiento: Sabiendo quién soy no importaba lo que me iba a poner encima. Sin embargo en ciertas ocasiones, cuando debía dar clases o cuando tenía una audiencia no podía aplicar la misma regla de comodidad casera. He optado por desempolvar los sacos y las corbatas. El punto es que está bien saber quién soy, pero esa verdad no me hace olvidar dónde estoy. Una cosa es que por haber rebasado el límite del complejo me ponga sandalias para trabajar en mi oficina, y otro que por ausencia de sentido común me presente con facha de recién salido de la cárcel a dar un informe oral ante la Sala Laboral.
El que no te importe lo que piense el resto en lo relativo a tu vida privada es una liberación de complejos, el que no sepas ubicarte en la situación y en la circunstancia es una muestra de desadaptación. Verbi Gratia:
El futbolista que usa zapatillas Umbro, shorts Umbro y polos Umbro durante el día. Bacán. Es su estilo. Pero si se pone el uniforme del Alianza en el velorio de Papá, y el uniforme de Argentina el día del entierro: Desadaptado.
El reggetonero que va hecho un Mario Barakus a sus clases en la universidad. Bacán, es estilo. Pero si el día de su examen de Grado llega convertido en Dady Yankee: Desadaptado.



Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta


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