Las conspiraciones son una cosa delirante. Hay un gusto morboso por creer la versión más intrincada, a tal punto que a la fecha hay toda una rama de la “ciencia paralela” autodenominada “historia paralela”... los devotos se cuentan por millones y los simpatizantes son aun más. ¿La solución? Más complicada de lo que se cree. Discutirlas es, a la larga, dar más propaganda gratuita. No decir nada, implica una “confirmación” para los “creyentes”, un reforzamiento del concepto a través de la clásica pregunta: “¿por qué crees que todos callan?”... y la clásica respuesta... “es el sistema, nadie puede decir nada”
Como contra una teoría de la conspiración no se puede discutir ni callar, se me ocurre una posible solución extrema: crear otra teoría de la conspiración para intentar el artilugio de la doble negación: Digamos por ejemplo que las teorías conspirativas las inventaron los de la CIA en complicidad con las grandes empresas editoriales a fin de obtener el doble beneficio de mantener a la gente pensando “coyudeces” (como decía Autori) y obtener millones en ventas de libros. La idea puede resultar, ahora solamente se necesita que algún sujeto con poco seso y mucha credulidad comience a repetirlo con el entusiasmo de un converso y habremos creado la teoría conspirativa destinada a exterminar a todas las demás.
Para notar la magnitud de los delirios diremos que, en principio el Código Da Vinci, queda como bebé de teta comparada con esta lista a la que se hizo referencia en Menéame y que proviene de “Mangas Verdes”, disfruten de la locura:
“Las teorías conspiranoicas más disparatadas”
Swallowing the Camel publica una lista de las teorías conspiranoicas más demenciales que ha encontrado. He seleccionado y traducido las que me han parecido más divertidas y disparatadas, que se presentan, al igual que en el original, sin un orden concreto:
El conductor fue el que mató a John Fitzgerald Kennedy.
Los Beatles fueron creados por servicio de inteligencia del Gobierno británico para minar la moral de los jóvenes estadounidenses.
La cruxifición de Jesús fue un montaje, en realidad éste huyó con María Magdalena y uno de ellos o los dos huyeron a Francia para proteger a su familia.
El virus HIV no provoca el sida.
El hombre jamás llegó a la Luna, es algo hoy por hoy imposible, aunque sí que hay una base alienígena allí.
Stephen King asesinó a John Lennon.
La II Guerra Mundial también fue un montaje, fruto de la conspiración para conducir al mundo hacia el pacifismo.
La reina Isabel I era un hombre. La verdadera Isabel murió de niña.
George Bush padre es, en realidad, George Scherff Sr., un nazi adolescente enviado para destruir América bajo la tutela de Prescott Bush.
Hitler aún vivía en Montana allá por 1997 y Josef Mengele sobrevive aún gracias a un régimen de hormonas y canibalismo.
Josef Mengele es Zodiac, el estrangulador de Bostón y el remitente de las cartas con Antrax.
La emisión de ‘La Guerra de los Mundos’ en 1939 formaba parte de un plan militar financiado por la Fundación Rockefeller y diseñada para averiguar cómo reaccionarían los estadounidenses a una invasión enemiga.
Los judíos beben sangre y comen carne de niños durante la Pascua.
La expedición de Franklin al Ártico no tenía como misión encontrar el Paso del Noroeste. En realidad, era una misión secreta para investigar avistamientos de ovnis de los que se tenía noticia desde el año 1700. Los componentes de la expedición fueron capturados, sometidos a terribles experimentos y finalmente devorados por
extraterrestres gigantes.
Hitler y algunos de sus camaradas huyeron al Ártico en un submarino y viven allí felizmente en el interior de la Tierra junto a alienígenas superavanzados.
El aeropuerto internacional de Denver fue construido para ocultar un enorme complejo subterráneo, cuartel general de la elite del ‘nuevo mundo’. Las pistas se encuentran en un mural instalado en el propio aeropuerto.
Cienciología: Hace mil millones de años el jefe supremo intergaláctico Xenu utilizó una película para lavarnos el cerebro y hacernos creer en las religiones, que también fueron inventadas por él.
Los jesuitas hundieron el ‘Titanic’ para acabar con varios de los juudíos más poderosos del planeta.
La temprana Edad Media nunca existió. Todo lo que se dice que ocurrió en esa época, incluyendo a Carlomagno está inventado. En realidad, vivimos en el año 1700.Fuente: “Mangas Verdes”
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