lunes, junio 18, 2007

La Elección El Tribunal Constitucional: La otra cara de la imbecibilidad



Foto tomada de static.flickr.com

La palabra imbécil tiene dos sencillas acepciones, según el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. La primera es “Alelado, escaso de razón”; la segunda es flaco y débil. Respecto de esta primera acepción y, posiblemente, de la segunda también, es que se nutren las teorías que sostienen la posible existencia de una imbecibilidad latinoamericana. Hasta ahora, libros como los alusivos al idiota latinoamericano, solamente han abordado una de nuestras taras o imbecibilidades: la fantasía totalitaria con sabor a Lenin tropical (léase Hugo Chávez). Sin embargo, existe una imbecibilidad mayor, y me atreveré a decir, más dañina: es la del delincuente mal disfrazado de demócrata.

Canchayas, Mencholas, Fujimoris, Rafos, y demás otorongos de estas y otras legislaturas y reinados, son la peor lacra, tara e idiotez latinoamericana, porque son el fundamento, causa o caldo en el que se reproducen y supuran los Hugo Chávez, los Evos y los Humalas. No hay que ser un analista genial para notar que la gente que se alinea detrás de los autócratas, coinciden en su desencanto y desconfianza hacia nuestras democracias de juguete. Hace poco un joven Venezolano exponía en mi blog una larga defensa de Hugo Chávez, en la que como en todas las demás, se percibe la crítica, tal vez bien merecida, a los anteriores y demócratas políticos venezolanos.

He sido ingenuo, debo confesarlo: la eliminación de Canchayas y Mencholas me había hecho creer que estábamos cambiando... otra esperanza destrozada: la reciente elección del Tribunal Constitucional me ha demostrado, una vez más y por enésima vez, que seguimos siendo una república que sólo puede ser descrita a través de expresiones cambrónicas. La destitución de Ríos, y la anulación de las designaciones no servirá, esta vez, para devolvernos la fe, ya que puede ser interpretado como un retroceso de tigre: un paso atrás para saltar luego, más lejos, hacia la corrupción.

El cuadro resultante es impresentable; los congresistas se pusieron de acuerdo para “elegir” un Tribunal Constitucional a su medida; NO CON JURISTAS de gran capacidad, honestidad e imparcialidad; sino con abogados súbditos fieles a los intereses políticos de cada partido... ¿por qué? La respuesta es obvia: para asegurarse el favor del tribunal más importante del Estado. Un tribunal tan importante que, bajo el pretexto de una acción de amparo contra resoluciones judiciales (la que es posible plantear según nuestras normas) podría, incluso, tener injerencia en un eventual proceso penal contra el mismo Fujimori.

Lo que más mortifica es este dilema muy sencillo: ¿Porqué los partidos con representación en el congreso tendrían que asegurarse el control del Tribunal Constitucional?

Alternativa 1.- Nuestros políticos quieren asegurar la “simpatía” del Poder Judicial para lograr algún nivel de impunidad por la comisión de actos ilícitos.

Alternativa 2.- Nuestros políticos quieren actuar decentemente, honestamente y patrióticamente, pero necesitan asegurar “la simpatía” del Tribunal Constitucional, porque no confían en el sistema judicial.

Si la causa verdadera es la primera alternativa; el que se haya hecho público el almuerzo con Mantilla (quien no necesita este paréntesis), Javier Ríos (el elegido para el Tribunal Constitucional), Oscar López (íntimo de Montesinos) y demás conspiradores no cambia las cosas. Porque la voluntad de nuestros políticos está enfocada en la realización del crimen sin castigo, y volverán a intentarlo poniendo esta vez más cuidado.

Si la causa verdadera es la segunda alternativa; la cuestión es todavía peor: si ellos que están en la cúspide del poder del Estado no tienen confianza en el sistema judicial, de tal modo que tienen la necesidad de poner a sus títeres como jueces, me pregunto ¿qué se espera del ciudadano común? ¿Del que no tiene un tío juez, un padrino alcalde o un “compañero” vocal? No resulta tan descabellado que haya venezolanos defendiendo a Hugo Chávez y que hayan habido tantos peruanos interesados en votar por un Humala.


Roberto Pável
Jáuregui Zavaleta




1 comentario:

Rafael del Barco Carreras dijo...

LAS TORRES KIO

El Constitucional



Rafael del Barco Carreras



Desde que leí lo de la prescripción de los Albertos, los primos Alberto Cortina y Alberto Alcocer, con la misma cara que pongo ante tantas “cosas raras” de la Justicia, pensaba en comparar esa sentencia con el recurso por el caso Consorcio de la Zona Franca, pero como no soy abogado y mi castellano no merece entender las sabias parrafadas de los grandes popes de la Justicia, se me fue el santo al cielo. Y al igual que con el caso Gran Tibidabo no quise ni leer los nombres de los magistrados no fuera a escapárseme algún insulto. Pero esos cicateros de Libertad Digital, los de Jiménez Losantos, publicaron pelos y señales, y ¡cáspita!, ¿porqué será que siempre se cruzan nombres entre mis disparatadas neuronas?. Que el Presidente Pascual Sala sea de izquierdas, pues bien, tampoco tiene porqué favorecer a unos multimillonarios…pero claro esos son amigos de sus amigos…y de más… y quien me llama la atención, disparando mi memoria, es un viejo conocido barcelonés, mío no, y ni siquiera inmerso en mi www.lagrancorrupcion.com, EUGENI GAY…

Últimamente repaso a menudo el pequeño libro del secretario de Juan Piqué Vidal, la “Toga manchada de Piqué Vidal”, 1998, y dice tan poco que me va de perlas porque así no compromete… “El letrado Juan Vives (padre) acusado de ser intermediario en algunos de los presuntos casos de soborno que se imputan al ex juez, hizo unas declaraciones el 24 de febrero de 1997 (once días después del ingreso en prisión de Estevill) tras participar en el foro Tribuna Barcelona, en el cual el Presidente del Consejo General de la Abogacía Española, Eugeni Gay, pronunció una conferencia sobre el estado actual de la Justicia…”. ¿Y a qué cuento viene?, pues al hilo del título de Pilar Rahola, “Lo sabía toda Barcelona”, en referencia a las extorsiones y sobornos. No lo sabrían el portero del Colegio, los policías del Palacio de Justicia, los conductores de autobuses, pero sí todos los grandes Presidentes y Altos Cargos barceloneses, “todos los del cotarro”, y ninguno denunció. Y también recordaba que De la Rosa, seguía ejerciendo de abogado…y el Colegio del que fue Decano, no movió un dedo contra tan delincuentes letrados, a pesar de tener experiencia (el Colegio, no él) en expulsar a otros miembros, como Carlos Obregón, por enfrentarse a Javier de la Rosa en el tema SIRSA…aunque esta vez los Jueces torcieron la malicia del Colegio obligándoles a revocar la prevaricación. Que Eugenio Gay representara al Banco Central Hispano, contratado por José María Amusátegui, ante el TSJC por las extorsiones de Estevill, no tiene más lectura que conocía el mejunje de esa jauría. Y a más abundancia, también la conocía el Presidente Pascual Sala, por ser el Presidente del CGPJ que en 1996 destituyó al juez Pascual Estevill, aunque en 1995 le apoyara ante las muchas denuncias en curso. Pero he de advertir que estos últimos datos provienen del libro del prestigioso periodista Félix Martínez, “Estevill y el Clan de los Mentirosos”, 2002, editado por Mondadori, que en cuanto a mí miente, y repetidamente.

Pero una imagen vale más que mil palabras, y una foto del libro donde Eugenio Gay está sentado a la derecha de Piqué Vidal, y de espaldas a Rafael Jiménez de Parga, otro procesado por extorsionar…

Para entender todo este engrudo de las prescripciones, y recordando la que el Juez Fernando Pérez Máiquez (comprador de otro piso de Piqué Vidal) libró al supuesto muerto Antonio de la Rosa, consultaré gratis a mi familiar abogado, y de paso comparo porqué yo continué en prisión tres años preventivo, y éstos…prescriben…

En mi web, con el Youtube contesto a una pregunta de Luis Toribio de www.legitimidad.es sobre el Poder actual de los encarcelados, afirmando que siguen teniéndolo. De la Rosa, sus socios los Alberto, Piqué Vidal, Pascual Estevill…!Qué casualidades, y qué Barcelona!...!y qué Justicia!.

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