jueves, octubre 09, 2008

El dudoso honor de los cadáveres




En esta historia, aunque cierta, los datos reales son irrelevantes. Los nombres, direcciones y el lugar en el que sucedieron los hechos vienen a ser una cuestión secundaria. Más allá de quien murió están los motivos y la verdad misma de la muerte.

Un financiero entra en quiebra. Ha ganado un montón de dinero en la bolsa, pero la reciente coyuntura en los mercados le hace perder todo... todo menos la honra, como se verá dentro de un momento.

El financiero compra un arma, pensando en suicidarse. Pero luego piensa mejor, y se dice cómo es posible que el muera dejando a su familia con la verguenza de ser pobres. Así mejor va y mata a su mujer, a su suegra, a sus hijos, y junto a los cadáveres de su familia acaba con su honorable existencia de un honorable tiro en la cabeza.

En un post anterior en el que comentaba las atrocidades de otro asesino suicida y sinverguenza, hubo muchas expresiones de apoyo al sujeto en cuestión. La gente enferma, como se ve, es más de la que se ve, y de seguro no faltará algún anónimo que dirá que "apoya" a este nuevo asesino suicida, aunque, dadas las circunstancias, creo que al sujeto esas expresiones de "apoyo" ni siquiera le pueden importar un pepino.

Pero volvamos al asunto... el hombre entra en quiebra y se queda tan pobre como este, su servidor, entonces decide conservar el honor de su familia y los mata a tiros; me pregunto porque no mejor pensó que para conservar el honor de su familia necesitaba conservar a su familia, porque hasta donde conozco, los muertos carecen completamente del sentido del honor.


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Foto: Funeraria San José

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