jueves, marzo 12, 2009

Cuatro Cosas Para tener en cuenta antes de otorgar un Poder

Si usted vive en el extranjero o debe realizar una gestión importante en otro departamento, como por ejemplo, comprar un inmueble, vender una propiedad, conciliar un litigio o gravar sus bienes, pero no tiene tiempo o está imposibilitado de viajar, va a requerir inevitablemente nombrar un apoderado o representante.

El problema con esto es que las historias sobre estafas o defraudaciones o sobre el uso indebido de poderes también son frecuentes. El otorgamiento de facultades de representación puede revestir singular importancia, debido a que el acto jurídico celebrado por el representante dentro de los límites de las facultades que se le haya conferido, produce efecto respecto del representado.

Es decir que cada cosa que haga el representante va a obligar y afectar a quien otorgó el poder, de modo que si alguien recibe la facultad para vender y vende un inmueble por debajo de su precio a un testaferro, se entenderá que el acto será obligatorio para quien otorgó tales facultades.

Aquí una lista de cuatro precauciones que puede ayudar a evitar contratiempos y dolores de cabeza por culpa de una representación mal usada.


1. Jamás dar un poder sin verificar la solvencia moral del apoderado.-

En principio, la raíz de la solución o la complicación de un problema son las personas. Mientras más delicada es la gestión o acto que se deba realizar, se debe escoger con mucho más cuidado a la persona que va a ejercer esa representación. Lo ideal es que quien va a ejercer el poder pueda tener la solvencia moral que garantice un desempeño fiel de las atribuciones; y solvencia económica que garantice la reparación de los daños causados, de allí que los bancos pueden resultar excelentes apoderados, pudiendo actuar según la Ley 26702, celebrar contratos de mandato, con o sin representación, incluyendo los poderes generales o especiales para:

1. Administrar bienes.
2 .Cobrar créditos o documentos.
3. Comprar y vender acciones, bonos y demás valores mobiliarios.
4. Percibir dividendos e intereses.
5. Representar a los titulares de acciones, bonos y valores.

Sin embargo, la gran mayoría de la gente necesitamos de un apoderado durante nuestra vida que no será necesariamente una entidad bancaria. En ese caso, es recomendable que los alcances y condiciones de la representación puedan constar en un contrato de mandato a fin de no dejar nada por sobreentendido; además de los antecedentes profesionales de la empresa o de la persona que se va a designar.

2. No tener vergüenza de solicitar los documentos para su revisión.-

Cuando se redacte el poder, si es por escritura pública o fuera de registro o carta poder, muchas veces no resulta muy efectivo solamente leerlos en la misma oficina o dependencia de quien los está redactando; si alguien trata de insertar facultades de "contrabando" podría aprovechar su apuro, nerviosismo o cualquier otro elemento distractor para lograr que usted firme una autorización de la cual podría arrepentirse.

Muchas personas no convencidas acerca de los documentos que van a firmar, terminan suscribiéndolos porque tuvieron vergüenza de pedirlos para revisarlos con más cuidado.

3. Revisar cuidadosamente las facultades contenidas en el documento del poder.-

El corazón de un poder son las facultades. Se debe revisar esta parte cuidadosamente, si por ejemplo va a delegar facultades a su abogado para litigar considere si incluye la facultad de cobrar capital, intereses, costos y costas. Por que eso querrá decir que su abogado no solamente seguirá el proceso, sino que además podrá cobrar por usted los resultados del mismo. Si usted no tiene suficiente confianza, o es la primera vez que va a tomar sus servicios, sería recomendable no delegar facultades sobre ese punto.

La falta de revisión de las facultades podría traer como consecuencia que usted en lugar de otorgar un poder para tramitar un divorcio, tal vez esté firmando un poder para vender todos sus bienes.

4. No tener vergüenza de preguntar.-

Finalmente, muchas personas tienen problemas en sus contratos porque dan por sobreentendido cosas que deberían ser aclaradas, o porque asumen que sus dudas o inquietudes sobre un determinado negocio podrían ser tomadas como actos de desconfianza.

Si va a otorgar un poder, no debe tener vergüenza de pedir que se aclaren sus dudas. Pregunte, verifique, contraste, averigüe y vuelva a preguntar. Es mejor perder un momento que perder su casa o su negocio.

La cuestión es que no existe forma de adivinar si las personas con las que contratamos o con las que hacemos negocios van a conducirse dentro de los parámetros de la buena fe. Sin embargo, el estar bien informados y bien asesorados puede reducir significativamente el vernos involucrados en un fraude.

La información dada en este artículo tiene un carácter general, cada caso concreto debe ser examinado por un abogado a fin de tener una respuesta precisa a su problema; si tiene alguna duda o problema relacionado no dude en ponerse en contacto con nosotros, escribiendo a a robertojauregui@puntosvista.com para concertar una cita en nuestras oficinas de Trujillo.

La foto vía Stock.Xchng

No hay comentarios.:

Recientes

Recomendados